Historia de Chinameca, departamento de San
Miguel, El Salvador.
En 1535 bajo las órdenes de Jorge de Alvarado, el
capitán Cristóbal de la Cueva conquistó
y fundó a más de doscientos pueblo de lo que hoy es la Zona Oriental de El
Salvador, entre ellos: Lequepatique (hoy ciudad de Quelepa), Tongolona (hoy
ciudad de Moncagua), Tecapa (hoy ciudad de Alegría) Chinameacinamo (hoy ciudad de Chinameca),
El 15 de enero de 1543, ya establecida la Real
Audiencia de los Confines en la ciudad de Gracias a Dios (Honduras) acordó conferirle la categoría y título de pueblo
a las 13 localidades siguientes tal como aparecen en las relaciones coloniales,
entre ella: Chinameca (Chinameacinamo).
Su
nombre propio actual, en idioma pipil náhuatl, significa “lugar de chinama”,
Proviene
ese Toponímico, en efecto, de las raíces chinamet, chinamit, chinamas, rancho,
rancherías, y ca, sufijo locativo. Ignoramos cual haya sido el nombre lenca de
este pueblo, pero es muy probable que fuera “Yusique”, que aún conserva uno de sus
barrios, nombre cuya Etimología es “cerro de los pinos; pues proviene de yux,
pino, ocote, e que, de tique, cerro, desinencia de lugar. Este antiquísimo
pueblo, fue habitado por indígenas lencas,
1549
Chinameca tenía una población de 600 habitantes; pero en 1770 San Juan Chinameca
tenía 28 indios tributarios o jefes de familia, alrededor de 140 habitantes,
según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral. En
1770 este pueblo figura como agregado de la parroquia de Usulután y con una
población de 252 personas distribuidas en 40 familias.
La
primera escuela de letras en Chinameca nació al lado del convento en los
albores de 1770, cuando el Ilustrísimo Señor Pedro Cortez y Larra visitó a la población, pasando por Tecapa
(hoy Alegría) y Santiago de María; en
esta escuela se enseñaba a leer y escribir y doctrina religiosa impartida por
los sacerdotes. Con el tiempo también enseñaban a leer y escribir los maestros
carpinteros, sastres y los barberos. El libro de lectura era la Cartilla de San
Juan y el Silabario
En la
segunda mitad del siglo pasado la villa de Chinameca era ya una de las más
importantes de la República de El Salvador; situada en el ameno valle que
forman las colinas llamadas Las Mesas y El Boquerón, ubicada a 18. 5Km al W de
la ciudad de San Miguel; dividida en cuatro barrios de ladinos, denominados:
San Juan, Dolores, San Sebastián y Sangre de Cristo; y otro barrio de origen
indígena llamado Yusique; este barrio había alcanzado “adelantos y progreso en
el sentido de la civilización y mejoramiento social y material”, ya que por
propios esfuerzos había logrado “promover el ensanche de las luces,
instituyendo planteles de enseñanza para la juventud de ambos Sexos”, así como
“el incremento de la agricultura y comercio; la confección de obras públicas y
particulares de ornatos”. En vista de todo ello el Poder Legislativo, durante la
administración del mariscal de campo don
Santiago González, (siendo Alcalde Salvador Mena P) emitió con fecha 2 de marzo
de 1874, el decreto por el cual se otorgó a esta villa el título de ciudad.
Actualmente el municipio cuenta con
veinte cantones y treinta y seis caseríos
Yusique Es actualmente uno de los principales
barrios de la ciudad de Chinameca, se
dice que antes este lugar llevaba por nombre el de este barrio pero por
motivos desconocidos se cambió.
Este barrio conserva las
raíces de la Chinameca primitiva, es el más alto de todos, lo que contribuye a
un cálido clima y a una buena vegetación, además de la hermandad de sus
habitantes.
La
población de Yusique fue ocupada por los Pipiles Nonualco de Tecoluca, unos
doscientos años antes de la llegada de los españoles.
El primer alcalde de Chinameca
fue Don Cristino Garay (1874
Leyenda
de Shuri (cacique de Chinameca)
S
|
egún el historiador salvadoreño, Jorge
Lardé y Lurín, narra la leyenda de Shuri y nos dice: “La historia escrita nos
hablan del valiente cacique “Shuri”, altivo señor de Yusique y héroe de la
porfiada resistencia que los lencas de la sierra opusieron a las denotadas
huestes del visitador Diego de Rojas, a principio de 1530. Sin embargo, su
nombre corre en la tradición y en la leyenda, nimbado por los fulgores del más
puro patriotismo, como el del insigne gladiador que luchó por exterminar a los
invasores que levantaban la Cruz, no como símbolo de redención y de paz sino
como símbolo de esclavitud e ignominia. Era Yusique, que en lenguas de indios
significa “Cerro o montaña de pino”. Yusique proviene de dos raíces lencas: yux,
ocote, pino; y tique, cerro, montaña, localidad. Una población próspera y
floreciente fundada en tiempos muy antiguos. Los mochitecas o mercaderes pipiles
llamaban Chinameca, o “La ciudad”, a causa de la concentración de sus templos,
palacios y casas. Fortaleza inexpugnable, su defensa estaba confiada
regularmente a 400 soldados, aguerridos y crueles. En esta ciudad reinaba “Shuri”,
que en idioma lenca quiere decir “Ardilla”, los indios solían ponerse nombres
de animales. Shuri era un cacique de unos treinta años, delgado, casi podríamos
decir endeble; pero con la agilidad del jaguar, la versatilidad del venado, la
flexibilidad del arco, Shuri se imponía, más que por la fuerza bruta, por su
recia personalidad, mirada penetrante, inteligencia sutil, valentía y astucia
insuperable, firmeza de carácter, animosidad en la empresa que acometía.
Además, estaba agraciado con el don de la palabra y con el raro magnetismo que
tipifica a los caudillos. Todo esto explica por qué, durante la edad de los
conquistadores, mantuvo a raya a los españoles de la villa de San Salvador,
Defendiendo su suelo nativo, desde la ribera impetuosa del Lempa hasta la cima
enrojecida del Chaparrastique, con un arrojo y tenacidad ejemplar. En efecto:
dice Pedro Cerón, vecinos de San Salvador y testigo ocular de los sucesos, que
en los albores de 1529 se generalizó la lucha armada, pues los españoles
“Fueron a conquistar la provincia y tierra que llamaban Popocatepec que ahora
la llaman provincia de San Miguel, que estaba alzada y de guerra”. Con el
nombre de Popocatepec, que en idioma nahua o pilpil proviene de las raíces
significa “sierra que humea” Popocatepec en idioma pipil proviene de las raíces popocat, vapor
de agua, humear; Tepic, cerro, montaña (sufijo locativo) los españoles de la
temprana mitad del siglo XVI, designaban al macizo montañoso de la región translempina
oriental salvadoreña, es decir a la sierra de Yusique o de Chinameca, donde
están las fumarolas, infiernillos o ausoles de Chambala, Loma Alta, El
Hervidero, La Vieja, Aguas Turbias, Limoncillos, Chollo y otros. A fines de ese
mismo año y a principios de 1530, la situación de los vecinos de San Salvador,
se había tornado desesperante
Por una parte, los cuscatlecos, que
los habían obligado a evacuar el valle de las Hamacas y refundar la colonia en
el árido valle de Las Bermudas, cerca de Suchitoto; donde las tempestades y
otros fenómenos atmosféricos hacían insufrible la vida comunal, se mantenían a
la ofensiva ,capitaneados por Atlacat “el joven”; por la otra, el río Lempa
constituía una barrera cada día más inquebrantable para la conquista del
oriente, no tanto por la dificultad de propasar su curso, cuando porque los
guerreros de “Shuri” hacían fracasar todos los esfuerzos a favor del sometimiento
de aquellos pueblos al real dominio.
Por esa época llegó a San Salvador,
con procedencia de Guatemala y enviado por el capitán Francisco de Orduña, el
visitador Diego de Rojas, quien dispuso eliminar la resistencia porfiada y
tenaz del señor Yusique.- Si queréis las riquezas del oriente – dijeron al
visitador los caciques pipiles de “Shuri·. Suchitoto y pueblos vecinos.
Destruid a “Shuri”. Siguiendo este consejo, el capitán Rojas organizó una
expedición armada compuesta de 15 jinetes y centenares de indos auxiliares, y
se dirigió al río grande de Lempa “Uno de los mayores apunta el cronista regnícola
Antonio de Herrera que hay en aquellas comarcas y que se vadea; por lo cual los
indios se hacían fuertes en la otra ribera; y cuando los españoles intentaban
pasar, lo defendían, y sobre esto agrega solían herir a muchos cristianos”
Rojas comprendió, en esta campaña, que
el paso del Lempa era empresa difícil y que no podían ejecutarse, con el
auxilio de una sola canoa. Ordenó, en consecuencia que derribaran cinco
corpulentos ceibos, llamados por el lenco guatín, y con los troncos de ellos
construyó igual número de hermosas embarcaciones, capaces, no solo de
transportar con éxito a los combatientes, sino también a los caballos. La
travesía del Lempa fue ardua tarea, pues los indios fustigaron a los invasores
desde que estos iniciaron la operación “con todo esto refiere Herrera, porfió
tanto Diego de Rojas, que pasó en canoa, aunque le hirieron veinte castellanos,
los cuales pelearon gran espacio de tiempo, resistiendo siempre los indios
hasta que puesto en desorden y huida, se fueron a recoger a un peñol, a donde
se juntó la tierra, y allí los tenían sitiados”.
Efectivamente, los lencas de Yusique,
unidos a los de Lolotique, Oromontique, Mechotique, y otros pueblos comarcanos desaparecidos,
hicieron frente, decididos a morir antes que rendirse a los osados y temibles
conquistadores blancos “Se juntó toda la tierra”, dice el cronista Herrera para
significar que, en el Peñol de Yusique, se reconcentraron las fuerzas
coaligadas de los indios lencas. Diego de Rojas era soldado de noble
sentimientos y buscó medios pacíficos para dirimir la contienda. Envió en
efecto, mensajeros a “Shuri” con la esperanza que este depusiera su actitud
hostil. Deponed las armas. Rendid vasallaje al Rey de Castilla. Adorad la Cruz.
Si no, os haremos la guerra hasta el exterminio, dijeron los emisarios de
Rojas. No me asusta la guerra ni me atemorizan las amenazas “Nací guerrero y
guerrero he de vivir y morir” respondió el cacique lenca. Contrariado Diego de
Rojas por esa repuesta, ordenó un ataque a muerte contra los defensores del peñol;
pero tanto la caballería como la infantería española se estrellaron ante el
tupido boscaje, y las trampas y otras defensas. Rendíos o moriréis, dijeron a “Shuri”
los nuevos emisarios.
Decid al hombre blanco, contestó, que
moriremos todos antes que rendirnos. El sitio se prolongó por varios días, y
durante las noches, las lencas asustaban a los caballos con sus antorchas de yux
(ocotes) y con otros artificios desvelaban a los sitiadores. Por última vez,
Rojas envió mensajeros con esta orden: Entregad vuestras armas. Jamás hemos entregado
nuestras armas a las mujeres, fue la repuesta de “Shuri”. Ante aquella ofensa,
que hirió hondo el honor castellano, la disputa solo podía tener términos
mediante una rápida y brillante victoria militar Herrera en su “Décadas”,
continua así el relato: “Pasó un mes que el capitán Diego de Rojas tenia
sitiado a los indios del peñol, hablando ya en conciertos, se halló que era
trato un falso, porque estaban acordados con los indios amigos que andaban con Diego de Rojas, para que en buena
coyuntura saliesen los de dentro a dar en los cristianos, y que al mismo tiempo
lo acometiesen también los indios del ejército (indios auxiliares) que cuando
Dios no lo remediara, por el cuidado de Diego de Rojas, que era capitán
diligente, no quedara vivo ningún castellano”.
“Descubrió un indio que le servía, por
que como hombre blando y que lo trataba bien, y todos los que andaban con él lo
amaba. Sabido, pues, el punto en que se había de ejecutar lo concertado que era
el día siguiente. Diego de Rojas hizo prender a todos los caciques (del ejército
amigo) y aunque puso cuidado, para que no sabiendo los del peñol, saliesen a
pelear, como lo había determinado, y hallándole apercibido les pudiese dar una
buena mano, fue imposible y así no salieron”, porque el astuto “Shuri” no
descansaba en buscar medios para derrotar a los españoles, fue avisado de esa
traición. En vista de que las lencas del peñol de Yusique, no irrumpían en el
campamento castellano, como era lo acordado. Diego de Rojas comprendió que “Shuri”
estaba sabido del asunto, entonces preso los caciques y señores principales
amigos “recibió su información, confesaron el caso, y que después de ejecutado
su propósito pensaba acometer la villa de Cuscatlán (San Salvador) y matar los
castellanos que había en él”. “Hizo justicia de los presos”, apunta
lacónicamente el historiador regnícola, para significar que mató a todos los
príncipes comprometidos en la conjura. La noticia de la ejecución llegó a oídos
de los defensores del peñol. Los caciques de Mechotique, Oromontique y de otros
pueblos lencas se pronunciaron por la rendición incondicional… No queremos más
guerra, dijeron, queremos paz visiblemente contrariados por la debilidad de sus
compañeros de armas “Shuri” dijo les: “vergonzoso, nobles señores, es rendir
las armas. Si vosotros aceptáis el vasallaje, nuestras mujeres y nuestros niños
ocuparan vuestros lugares”. A pesar de estas palabras, temerosos de morir
también en la hoguera, “determinaron de rendirse, dice Herrera, y tratándose él
concertó fue avisado el capitán Diego de Rojas, que había otros castellanos en
la tierra y que eran muchos, y que estaban dos jornadas de allí (unas diez
leguas) y pareciéndole cosa muy nueva determinó de irlos a reconocer con cuatro
caballos y cuatro peones”, más un buen número de indios auxiliares.
Era el ejército de Pedrarias Dávila,
gobernador de Tierra Firme, quien había enviado a las órdenes del feroz capitán
Martín de Esteta a conquistar el ultra lempa oriental, San Miguel de la
Frontera. Este traía 90 jinetes, 110 infantes y obra de 4,000 indios amigos chorotegas
“que en llegando Diego de Rojas, le prendieron con sus compañeros" Alguno
de los indios que llevaba Diego de Rojas, viéndole preso, relata el mismo
cronista, huyeron y dieron aviso en la villa y a los de su ejército (que
sitiaban el peñol de Yusique), los cuales se retiraron luego a San Salvador. La
retirada del ejército español fue un triunfo rotundo para “Shuri” Cuyo
prestigio y fama resonó por todos los caseríos y ciudades de “la sierra que
humea”. A partir de entonces, todos los señores le rindieron vasallaje,
obediencia y respeto, así pudo por muchos años, con soldados valientes y
aguerridos, resistir con éxito la penetración del hombre blanco. No se sabe
cuál fue el fin del cacique “Shuri”, el soldado infatigable y experto jefe
militar, que hizo nugatorios los esfuerzos del visitador Diego de Rojas en 1530
y que mantuvo enhiesto el pendón de la dignidad y de la hidalguía desde lo alto
de los picachos de “la sierra que humea”, pero la leyenda, la leyenda que vuela
en alas de la fantasía, dice que indomeñable y altivo anda errante por los
bosques, quizá como vigía sempiterno de su pueblo, tal vez como símbolo de la
libertad y de grandes de una nación que se hundió trágicamente en vuelto en los
fulgores inmarcesibles de pretéritos siglos….(Tomado de Crónicas de San Miguel
del compilador e investigador de la historia Gerardo von Santos, Edición 2005)
Maestros
eméritos
P
|
ersonas
notables, nacidas en Chinameca son: el ingeniero Julián Aparicio, el
jurisconsulto Baltasar Estupinián ,Dr. Rafael Severo López ,Prof. Alberto Sánchez,
Dr. Francisco Rosales ,Monseñor Pedro A. Aparicio, la benefactora Soledad de Pacheco,
los profesores Rodolfo López Meyer, Don Rosendo Vásquez, Luis Samuel Cáceres ,
Rodolfo Garay Pacheco, Emilia Callejas, Julia Aparicio de Quintanilla, Josefina
Pacheco, Rosana Araniva; Dr. Félix Antonio Ulloa, padre, Dr. Félix Ulloa ,
Personajes
ilustres
E
|
n Chinameca todas las personas son
importantes; pero hay algunas que se han destacado, como ejemplo están: Dr.
Rafael Severo López, Ing. Julián Aparicio, Prof. Alberto Sánchez (no es
originario de Chinameca, pero desde su corta edad vivió y se formó en esta
ciudad), Dr. Francisco Rosales, Monseñor Pedro A. Aparicio, Doctor Baltasar Estupinián,
Profesor Rodolfo López Meyer, Don Rosendo Vásquez (Alcalde mejor recordado), Profa.
Emilia Callejas (Se dedicaba a enseñar las primeras letras), Don. Rodolfo Garay
Pacheco (se destacó en las letras),
Jacinto
y Andrés Castellanos, aunque originarios de Berlín pero aquí realizaron sus
labores como Docentes de música, Prof. Luis Samuel Cáceres, Pedagogía y
Filosofía, (fundador de la Escuela Normal de Maestros en Chinameca),
Don
Jorge Lardé y Lurín, cuando se refiere al origen de Chinameca dice:
1-Que
los indios Lencas lo fundaron y habitaron.
2-Luego
lo conquistaron los indios Yaquis o Pipiles a finales del siglo XV de la era
cristiana.
3-Esté
núcleo de civilización precolombina era la más grande penetración de los
pueblos de habla náhuatl en el oriente del país.
4-Su
significado en idioma Pipilnáhuat es “Lugar de Chinamas” o sea “la ciudad”.
5-Sus
raíces toponímicas son:

Chinamit
ranchos
Chinamas rancherías.
Ca= sufijo
6-No
se puede afirmar con seguridad cual fue el nombre lenca de esta ciudad, se
supone que fue Yusique.
7-Un
barrio de esta ciudad se llama Yusique.
8-Su
significado etimológico es “Cerro de los Pinos”
9-Su
descomposición toponímica es:
Yux= pino, ocote
Ique=de tique= cerro =
desinencia de lugar.
10-Los
españoles también la llamaron Popocatepet que en idioma Pipilnáhuat significa
“Cerro que humea ” que descompuesto en sus raíces significa:
Efemérides
de Chinameca
(1529-1912)
1529 Los colonos de la
Villa de San Salvador realizan la conquista de Chinameca, es decir, la
vinieron a conquistar “La Provincia del Popocatepet”, “Cerro que humea” según
don Pedro Cerón, testigo ocular, posteriormente se le llamo Provincia de San
Miguel, la cual estaba alzada en armas.
1786 Chinameca ingresa
como pueblo del Partido de San Miguel, en la Intendencia de San Salvador.
1822 (12 De diciembre) Chinameca
fue testigo de la vergonzosa fuga de la tropa imperialista capitaneada por Martínez,
debido a la altivez de la tropa republicana de San Salvador, bajo las órdenes
del prócer General Manuel José Arce, quien marchaba frente a su tropa.
1824 (12 De junio)
incorporación de Chinameca como pueblo del departamento de San Miguel por Ley
Constitucional.
1827 (15 De marzo) se
crea el distrito de Chinameca constituido por las poblaciones de Lolotique, Jucuapa,
Tecapa (hoy Alegría) Zapotitán, Estanzuelas y San Buenaventura.
1853 (20 De febrero) las
Cámaras Legislativas confirman el que Jucuapa sea cabecera de Distrito
Judicial.
1865 (22 De junio) el
extenso departamento de San Miguel se divide en tres, San Miguel, La Unión y Usulután.
1867 (4 De febrero) se
divide el distrito de Chinameca en dos: La Villa de Chinameca y los pueblos
de: Nueva Guadalupe; San Buenaventura y Lolotique. El de Jucuapa formado por:
La Villa de Jucuapa, El Triunfo, Tecapa (Alegría), Tecapan, Estanzuelas. Esta
división solo se dio en lo gubernativo y económico ya que en lo electoral y
judicial estaba siempre en Jucuapa.
1874 (2 De marzo) se
emitió el Decreto Legislativo que otorgo a Chinameca el título de ciudad,
dicho otorgamiento se dio en la administración del Mariscal de Campo don
Santiago González y en este entonces don Salvador Mena era el Alcalde
Municipal.
1875 (14 De julio)
anexión de Chinameca como distrito del departamento de San Miguel con los
municipios de Chinameca
4. Se construyó la
Escuela Primaria de Varones en el “Valle de Los Arenales”.
5. Se solicita al Poder
Ejecutivo el dinero para la introducción del agua en la Plazuela Los Amates
situada en el Barrio Dolores.
1892 (18 De marzo) por
Decreto Legislativo se da vida al pueblo Lindo formado por los Valles
conocidos por: Los Arenales, Joya, del Calabozo, Rodeo de Padrón, Los Zelaya,
La Cruz, Hoya Ancha y Plan Grande, comprendido estos valles en la
jurisdicción de Chinameca.
1893 (15 De abril) el
nuevo pueblo Lindo fenece por la que así lo ordena.
1894 Se inicia la
construcción del Rastro Municipal
1896 Se produce en Chinameca
la epidemia sobre la fiebre amarilla. En ese mismo año (15 de septiembre) se
inaugura la Escuela Nocturna del Artesano que dirigió en esa época el Doctor
Francisco Rosales.
1897 (1 De enero) se
organiza la Policía Urbana bajo la responsabilidad de un comandante, un
sargento y nueve policías
1828 (6 De agosto) el
brigadier don Manuel Arzú, ocupo la plaza de Chinameca, hoy conocida como Los
Amates. Antes esta plaza fue tiangue de ganado, actualmente el Polideportivo Quien perseguía al General Francisco Morazán,
acompañaba al brigadier el Coronel don Vicente Domínguez; el 10 del mismo mes
y año ocupo nuevamente la plaza.
1845 (7 De agosto) en
General Gerardo Barrios se atrinchero en Chinameca porque el General Santos Guardiola
se proponía atacar la plaza fuerte de San Miguel
1847 (13 De marzo)
traslado el Distrito Judicial de Chinameca a Jucuapa.
1848 (13 De marzo)
regreso del Distrito Judicial a Chinameca porque Jucuapa carecía de cárceles
para reos.
1852 (5 De diciembre) Jucuapa
logra ser nuevamente cabecera del distrito judicial de Chinameca por Acuerdo
Ejecutivo.
Sesori, Nueva Guadalupe,
Lolotique, San Luis de la Reina, Nuevo Edén de San Juan, Belén, San Antonio y
Carolina.
1879 Cedió el terreno
denominado el Coyolar a San Rafael.
1884 Chinameca sufre la
epidemia de Viruela para lo que necesito cementerios especiales donde se
enterró los cadáveres
1886 Entro en funciones
la escuela de niñas
1887 La municipalidad
acuerda prohibir la salida de leña labrada y rolliza fuera de Chinameca para
evitar la deforestación y de esta forma para proteger y conservar los mantos
acuíferos.
1888 Varios
acontecimientos se dan en este año:
1. Se funda la Escuela
de Música que dirige don Proximides Martínez.
2. Se instala el
alumbrado público que funcionaba con candiles de carburo los cuales en las
esquinas donde el encargado pasaba encendiéndolas.
3. La Corporación
Municipal adquiere una imprenta para servicio y del público.
1898 (10 De marzo) se
abre la Tipografía Chinameca y su administración en esta bajo la
responsabilidad del Doctor Manuel Funes como o administrador y don Ángel Girón
como Director.
1899 Finalización de la
torre izquierda del templo construido a fines del siglo pasado en esa
oportunidad el responsable era el Presbítero Eduardo Arguello.
1900 Con la presencia
del Alcalde Agapito Marín se hace el acto de cierre del siglo pasado.
1905 Se inició la
construcción del parque Federal
1908 30 De abril de 1908
hasta el 20 de julio de 1916.
1916 Se da la
incorporación de los valles de los Planes, La Cruz y El Jocote a el Municipio
de Chinameca
1909 (25 De diciembre)
se inaugura el kiosco traído de Francia.
1956 El kiosco traído de
Francia pasa a ser parte del sótano municipal donde estaba menospreciado y
botado.
Recopilado
por Lic. Francisco Antonio Ramírez
(Miembro de Chinamit)
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